sábado, 31 de julio de 2010

Sobre cómo engañar a una planta.

Toda planta jóven orienta su tallo en dirección contraria a la de la fuerza de la gravedad, es decir, crece hacia arriba. ¿Qué pasaría si plantáramos una semilla en la llanta de una rueda de bicicleta y la hiciéramos girar?


Eso es lo que hizo el botánico inglés Knight, (hace más de cien años). La fuerza centrífuga que la rueda provocaba en las semillas al girar sobre su propio eje era la causante del engaño. La pobre planta es engañada, creyendo que tal fuerza es la de la gravedad y como se vé en la imagen, el tallo crece hacia el eje de la rueda y las raíces hacia fuera.

Queda reflejado en este experimento un principio básico del movimiento y la gravedad.

En el futuro, quizá se aproveche este principio para construir invernaderos que abastezcan las naves espaciales tripuladas de alimentos frescos. La idea de crear invernaderos cósmicos giratorios fue propuesta en el año 1933, por el gran científico ruso, fundador de la cosmonáutica, K. Tsiolkovski.

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